Más allá del discurso poético, las obras literarias convocan al encuentro de percepciones musicales que se traducen en lineamientos teóricos convergentes sobre similitudes y afinidades entre las obras literarias y las musicales, dado que presentan elementos conceptuales sobre intencionalidad, metáfora, polifonía musical e intertextualidad. Esta última convoca al análisis de las temáticas abordadas en la literatura como en la música; en este marco conceptual, la muerte se ha constituido en un discurso presente en el diálogo de poetas, escritores, cantautores quienes han relacionado el tema desde diferentes perspectivas dando como resultado un diálogo permanente entre textos. En la presente propuesta se analiza la manera como se aborda desde la intertextualidad, el tema de la muerte en el poema “Pasatiempo” de Mario Benedetti y la canción “Yo soy la muerte” de la agrupación El Gran Combo de Puerto Rico; Pedro Páramo de Juan Rulfo y las canciones El fantasma de Canterville de Sui generis y Flores en su entierro de Fito Páez.
INTERTEXTUALIDAD
Este abordaje temático se denomina desde la literatura como intertextualidad, el cual consiste de acuerdo con lo establecido por Gérard Genette en su obra Palimpsestos, en la relación dialógica entre dos o más textos. Esta se puede presentar en diferentes niveles de acuerdo con las relaciones de conexión que se establecen. Su forma más explícita es la denominada cita, la cual se constituye en un referente del texto mencionado.
Es decir que todo discurso de un escrito ha sido referido en una emisión intertextual anterior. Por lo tanto está influenciado por matices y características de un texto anterior, es decir siempre hay un pasado textual desde el cual se enuncia la nueva relación dialógica.
Cultura y Muerte
El tema de la muerte ha sido trabajado tanto desde el ámbito literario como el musical. El apasionamiento del ser humano por dar respuestas someras al enigma de la terminación de la vida ha suscitado en este la elaboración de obras en diversos campos artísticos que expresan el punto de vista, sentimientos e imaginarios en torno al sueño eterno.
En algunas culturas la muerte es visibilizada como el personaje oscuro que separa irremediablemente de la compañía de los seres amados, es la terminación de la existencia que desencadena un dolor profundo en el que el duelo permanece incesante, rodeado de lamentos y voces sepultadas por el silencio. Para otras es el paso a una instancia más elaborada, el comienzo de un nuevo círculo en el que posiblemente se pueden resarcir las culpas del pasado. Es así como la muerte se concibe como la dama que está de visita, selecciona a quienes serán sus acompañantes, está en todos lados y nadie puede huir de ella. Siempre está atenta y paciente esperando al final del recorrido.
En la novela Pedro Páramo del escritor mexicano, la muerte enlaza los destinos de todos los personajes de la historia. Juan Preciado y el diálogo de los muertos, ellos hablan de la verdad crean un mundo de recuerdos y olvidos. Es así que Comala, como escenario de la narración, se constituye en un pueblo donde los muertos conviven con sus remordimientos.
Cuando el lector ingresa al escenario del pueblo denominado Comala, rápidamente descubre que los personajes, que allí habitan están muertos y que sus diálogos hacen referencia a la remembranza de experiencias pasadas, los muertos hablan entre sí, la nostalgia por los recuerdos antiguos los atormenta, solo el eco de sus voces y murmullos se escuchan en el silencioso pueblo. La muerte es el presente, hace parte de la cotidianidad de las ánimas en pena de Comala.
En Pedro Páramo se puede percibir que los muertos protagonistas tienen voz, un diálogo permanente acerca de sus más remotos recuerdos. La línea divisoria entre la vida y la muerte se rompe para dar paso a un pueblo perdido en el limbo, adornado por fantasmas, repleto de memorias lúgubres, invadido de lamentos.
De igual manera en la novela de Juan Rulfo, la percepción de la muerte está muy arraigada a las creencias tradicionales de la nación mexicana sobre el tránsito a la otra vida, acompañado de las ideologías religiosas en las que las malas acciones en el mundo terrenal tienen repercusión después de la muerte, condenando a las almas a vagar por el mundo sin pertenecer a este, ajenos a los vivos, atrapados en el olvido, esperando ser recordados y así resarcir sus culpas y lograr por fin la paz eterna, sin remordimientos, sin lamentos.
En una oportunidad, en la década de los setenta, el cantante argentino Charly García, denominó a la muerte como “la pálida”, posteriormente hacía la presentación de la canción “El Fantasma de Canterville”. Esta composición fue inspirada en la obra de Oscar Wilde y habla sobre un ánima que critica el olvido. De nuevo aquí subyace el tema de la muerte como un mundo paralelo en el que los difuntos se aferran al recuerdo, deambulan en una dimensión paralela a la de los vivos, pero que irremediablemente condenan a los desaparecidos al rincón del olvido.
En el fantasma de Canterville Sui Generis se refiere a la muerte como el olvido de los vivos, es decir, los muertos existen en la medida en que se han recordados.
La tortura de un alma en pena radica en el hecho de haber dejado pasar la vida sin concluir sus asuntos, luego se ve inmerso en el vacío que conduce al destierro del pensamiento de quienes fueron sus amigos, familiares y conocidos.
De igual manera en la canción la muerte no solo es equivalente al descanso eterno, también se refiere al estado inerte en el que a veces sucumben algunas personas. Pasan por la vida sin dejar huella, sin marcar el recuerdo de quienes los conocieron.
A veces se muere en vida y el cuerpo se convierte en una tumba silenciosa y cuando es abandonada, las almas en pena se consuelan con sus recuerdos, mas no existen en la memoria de los vivos;
He muerto muchas veces acribillado en la ciudad,
pero es mejor ser muerto que un número que viene y va.
Y en mi tumba tengo discos
y cosas que no te hacen mal.
Después de muerto, nena,
vos me vendrás a visitar
Finalmente se termina este abordaje temático con la canción “flores en su entierro” de Fito Páez, en esta se cuenta la historia de un hombre que cansado de la vida, toma la decisión de suicidarse
El afán del vasco por encontrar la muerte radicaba en el hecho de tener complicaciones terrenales, su vida se derrumbaba en la miseria y sabía con antelación que nadie lo lloraría, ni lo recordaría por eso se aseguró de tener flores en su entierro:
Debía "luca y media" de alquiler,
dejó en herencia un verso de Neruda,
un tazón con pestañas de papel
flotando en el café
y una guitarra tísica y viuda.
Lo poco que tenía lo invirtió
en un hueso de lujo para el perro
y en pagar al contado la mejor
corona que encontró...
para que hubiera flores en su entierro
Finalmente el deseo del protagonista de la narración es cumplido, parte a su encuentro con la muerte, la mujer pálida que se convierte en su salvación:
Parece que fue ayer cuando se fué
al barrio que hay detrás de las estrellas,
la muerte, que es celosa y es mujer,
se encaprichó con él
y lo llevó a dormir siempre con ella.
APRECIACIONES FINALES
La intertextualidad permite encontrar afinidades temáticas entre diferentes textos, haciendo posible definir las características narrativas y metafóricas.
Existen clasificaciones tematológicas que tienen su base en las disposiciones socio-culturales, en esta medida en el análisis de obras literarias y musicales es posible definir los puntos de contacto sobre lineamientos conceptuales.
El ejercicio comparativo desde el punto de vista temático, entre obras literarias y obras musicales permite abordar los diálogos intertextuales haciendo más enriquecedor el análisis de textos desde diferentes perspectivas enmarcadas en las apreciaciones sociales, históricas, culturales e ideológicas de la humanidad. Una canción basada en un cuento, una novela referida al tema que siempre ha inquietado a la humanidad, poemas que nombran a la dama pálida y misteriosa, denominada mujer celosa por algunos, escape deseado por otros.